viernes, 4 de junio de 2010

anónimo

La intertextualidad es el trágico destino del arte después de su fin. Con la época de la reproductibilidad técnica de éste, no queda sino el puro deja-vu de las formas y los contenidos mezclándose entre sí. Disolviéndose y equiparándose a lo otro. Indiscernible lo primero de lo segundo, lo uno de lo múltiple. Y es imposible encontrar todas y cada una de las referencias. Además la alimentación es recíproca. (...)  Y así pasa con cada texto que se disuelve en otro. Queda una maraña de sentidos. Eso es el mundo ahora. Copy paste ontológico. Sin referente original.

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