La intertextualidad es el trágico destino del arte después de su fin. Con la época de la reproductibilidad técnica de éste, no queda sino el puro deja-vu de las formas y los contenidos mezclándose entre sí. Disolviéndose y equiparándose a lo otro. Indiscernible lo primero de lo segundo, lo uno de lo múltiple. Y es imposible encontrar todas y cada una de las referencias. Además la alimentación es recíproca. (...) Y así pasa con cada texto que se disuelve en otro. Queda una maraña de sentidos. Eso es el mundo ahora. Copy paste ontológico. Sin referente original.
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